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La autonomía del comer. Sobre Candy Bar.

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viernes, 31 de marzo de 2017

La soledad: espacio físico, estado emocional. Un país.

La soledad: espacio físico, estado emocional. Un país.
Patricia Kaiser
patriciakaiser@gmail.com

Unx puede estar solo. También puede sentirse solo. Unx puede habitar en soledad. Todo eso (y ya veremos que algo más), re-presenta el filme de Thielen Armand, así como la locación en que fue rodada y que lleva el mismo nombre: La soledad. Una vieja mansión de veraneo, propiedad de la familia del director, donde ahora mora José, nieto de la antigua “empleada doméstica”, junto a ésta, su mujer e hija, más un sinfín de familiares y amigos, que hacen que esta casa nos recuerde la guarida La Nigua y su familia (La oveja Negra, Román Chalbaud).



La casa está en ruinas. De su pasado glorioso sólo quedan home movies (con las que el director abre y cierra el relato), viejas fotografías de familiares casi en el olvido, y unas paredes que esconden tesoros, no sólo económicos, como unas supuestas morocotas; sino también históricos, los fantasmas que recuerdan la época esclavista, la Venezuela adinerada que poseía casas de verano, domésticas que les servían a placer, esculturas que daban prestigio y cultura. Ya nada de eso existe.
La ruina ha caído sobre los antiguos burgueses. Sus descendientes, ahora se ven imposibilitados de mantener en pie tamaña construcción, por lo que la opción del derrumbe y la venta del terreno, parecen ser la única salida. Pero también han caído en ruina los “invasores”: la familia de la abuela y sus “hijos adoptivos” del barrio. Ya no habrá más casa para vivir, tampoco más tesoros para vender; ni siquiera la opción de montar un falansterio, en el mejor estilo franco-cubano del término. La solidaridad tiene límites.
En ese entorno vive José. Sin un trabajo estable, tan sólo con las migajas de Thielen Senior (el padre del cineasta), quien lo convida a trabajos ocasionales y le da “un pago justo e igualitario”. Ambos descendientes comparten el mismo destino: la incertidumbre de un país sin futuro. Con una diferencia fundamental: Thielen heredará (aun cuando se manifieste en contra) parte de las (seguramente exiguas) ganancias de la venta del terreno. José quedará en el desamparo.
En esta soledad, también habita Rosmira, la abuela, último vínculo con el pasado feudal. Ella ahora está enferma, en un contexto donde eso se ha vuelto una pena capital. La señora de la casa, le brinda asistencialismo con unas bolsas de pertrechos, no sin recordarle que debe el destino inmutable de la morada. La compasión también tiene límites.
Ante la absoluta falta de perspectivas hay dos opciones posibles, las mismas que a diario vemos en las RRSS: la huida, el autoexilio; o el estacionarse en una espera sin esperanza. Varios personajes del filme, hacen sus propias apuestas. Y todos verán con añoranza, en fotos o en su tránsito diario por la calles, la soledad del afuera: Caracas.
Tan solitaria como la mansión y sus habitantes. Construcciones sin portón que ofrecer a los hombres que se presentan a sus puertas; hospitales y farmacias de adorno; bachaqueros ineficientes; largas colas para esperar la solidaridad o compasión de un gobierno tan asistencialista como los dueños de La Soledad.
Ante la soledad como estancia, José opta por la resistencia. Inútil, seguramente. Los tesoros no son más que restos oxidados de un pasado ahora inútil; todo lo que se puede vender, canjear, sobornar, se agota; la huida sin futuro porque se carece de presente, es tan inútil como la espera.


Tráiler Oficial de la Biennale de Venecia.

Así, José decide por un acto de dignidad, sin esperanza, pero que es lo único que puede heredarle a su pequeña hija Adrializ. Un mundo para sumergirse en soledad, rodeados de castillos de arena. Una soledad que siempre llevaremos dentro, como eterna compañía, sin importar el lugar que habitemos. Incluso si ese lugar es Canadá, residencia actual del director.
La soledad, la Venezuela (en) soledad, está ahí.

Referencias.
.- "La Soledad", de Jorge Thielen, impacta en Miami porque describe la dura crisis venezolana” en Contrapunto.com.
http://contrapunto.com/noticia/el-unico-villano-del-filme-venezolano-la-soledad-es-el-sistema-125727/ (acceso 26 de marzo 2017).

domingo, 26 de marzo de 2017

Por una articulación política de la acción comunicativa en los medios “oficiales”.

I.- La articulación política de los medios.

En el marco de los actos conmemorativos por la Siembra del Comandante, se realizó el XV Encuentro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, con el tema "Comunicación Emancipatoria o Patrias Colonizadas".
Casi al mismo tiempo que este evento, se sucedieron otros dos de importancia comunicacional: el estreno de La viuda millonaria por Tves, en coproducción de la Fundación Villa del Cine y de Corazón Llanero Multimedia -anunciada con bombos y platillos en el programa Los domingos con Maduro-; y se instaló en el sistema interno de parlantes del Metro de CCS (y sus redes de transporte) la transmisión indiscriminada de Radio Miraflores.
En el Encuentro, Luis Britto García presentó un “Decálogo para los medios revolucionarios”, que si bien aborda los medios informativos del estado (el llamado Sibci), sus planteamientos valen también para el análisis de la ficción y de toda la acción comunicativa que emprende el Estado. Acción que hasta ahora no ha sido eficaz, pero que seguimos empeñados en perpetuar.
Veamos que nos dice Britto García:

“No copiaremos los peores rasgos de los medios de comunicación de la ultraderecha  tales como: la interrupción repetida, la cuña machacona y sin imaginación, el aumento  del volumen del audio al pasar propaganda, el autosobotaje de llenar la pantalla de  logos, letreros, cintillos, ventanas y ventanillas que impiden saber qué se está  transmitiendo, la interrupción de la interrupción de la interrupción. No se puede  transmitir un mensaje distinto de los medios comerciales usando sus mismos códigos.”

Lamentable es ver, como esta máxima es obviada. El canal del estado (al menos el más importante, tanto por su alcance como por su presencia) Venezolana de Televisión, insiste en utilizar las estructuras formales de cadenas informativas transnacionales, que el mismo estado condena, como el caso de CNN.




La reducción de la noticia a 3 minutos o a los 140 caracteres de un tuit; el uso de “fuentes” sin criterios políticos sustentables y sin ningún tipo de objetividad creíble (se sostiene que CNN está parcializada, pero no se juzga el rol RT en la batalla geopolítica internacional); el debate y el diálogo entre sordos, privando la figura del “experto” (como si la audiencia fuera incapaz de comprender la realidad que vive sin el asistencialismo del sabiondo), o las apariciones constantes y reiterativas de Ministros y demás goberneros, inaugurando obras totalmente descontextualizados de la sociedad que las rodea. Como dice Britto: “Un sistema de comunicación revolucionaria debe ser fuente continua de datos  concretos, objetivos, oportunos y actualizados sobre la realidad.” No hay que olvidar pues, que la realidad se construye. Y dicha construcción -que pasa por la forma en que articula el mensaje- en un sistema que pretende ser revolucionario, debe ser una construcción dialéctica. No es obviando la cara oscura de nuestra realidad -y a los Mefistófeles que la habitan-, que lograremos encontrar el sol. Hollywood también tiene pesadillas.
Como bien afirma la artista y crítico alemana Hito Steyerl en “La articulación de la protesta” (para descargar ir a: http://eipcp.net/transversal/0303/steyerl/es/print), para generar un discurso contrahegemónico que transgreda las normas estilísticas del monologismo cultural imperante en el campo audiovisual; se hace necesaria una innovación en el lenguaje. Y ésta pasa también, por una nueva articulación de los medios de producción, que incluye el uso que se le da a la tecnología. Pues creer que la tecnología y sus usos son independientes de una determinada práctica ideológica, es un craso error.
A contrapartida, todo el entramado del Sibci, ese montaje audiovisual de imágenes y sonidos, es propio de un sistema de desinformación que descontextualiza los hechos para convertirlos en mercancía de consumo, despojándolos así de toda posibilidad de análisis crítico y valorativo. Con este modelo, no se propicia una reflexión que conlleve a la acción política; sino a una acumulación de datos vacíos que desmovilizan al pueblo. Y que lo convierten en “masa amorfa e inconsciente”, Marx dixit.

II.- La voz del “pueblo”:una categoría por revisar.
Otra característica de nuestros medios, es su constante pretensión de alzarse como la “la voz del pueblo”. “Somos el pueblo, la voz del pueblo”. Así se presentan los líderes políticos y sociales de cualquier rango ante las cámaras (pero también los anclas de los programas, ungidos por el pueblo para hablar por ellos); dejando sobre los media, la articulación de un discurso que represente y legitime esa voz. Sin embargo, pocas veces se cuestiona cómo se articula dicha representación; y menos aún se interroga, qué se supone que es esa voz del pueblo.
Ante las cámaras desfilan diariamente, cientos de entrevistados callejeros que están convocados, no para dar su opinión – es decir, no para alzar su voz propia- sino para confirmar, apoyar, vanagloriar, los mensajes que son transmitidos por esa misma pantalla.
Encadenados bajo un montaje que homogeniza a los diversos concursantes, silenciados por una voz en off que impone su discurso; las diversas participaciones se transforman en una cadena de equivalencias formales que estandariza las voces, las hace equiparables entre sí y las une a un principio de concatenación, cuyo destino final es la supresión de la diferencia en la palabra única: Pueblo.
El cómo se constituye la mirada, no se problematiza. De la misma forma, que tampoco se cuestiona si la sumatoria de voces, genera realmente una suma, o más bien una exclusión. Al estar todxs arropados bajo una misma y única categoría -el pueblo-; el poder y los media que lo agencian, legitiman sólo un posible representado-representante, a quien se le da nombre a través de la mediación de otro.
Vale preguntarse como Steyerl: “¿Qué nociones políticas y estéticas se juntan bajo el pretexto de la voz del pueblo?” ¿Qué relaciones se tejen entre quienes defienden la participación protagónica y a su vez propician, defienden y participan de/en un sistema mediático que suprime la participación en nombre de una categoría supra nominal, que borra las diferencias que nos hacen sujetos.
La articulación de esa voz-palabra es doble: la de la forma de representación -la organización mediática-; y la de la organización política -la articulación de las instancias participativas-. Si bien todxs lxs vocerxs (y al ser vocerx se toma -nos guste o no- la voz del otro prestada para re-presentarla) pueden tener en común la lucha antihegemónica; no hay que perder de vista las particularidades de las luchas propias. Eso que Foucault llamó la microfísica del poder.  Cómo se tejen y destejen las relaciones entre una central obrera petrolera/minera, con un movimiento ecologista, con los pueblos indégenas; cómo se articula la lucha feminista, con las reivindicaciones de los LGBTI, donde el género no viene determinado por la biología y el sexo.
En esas contradicciones dialécticas, propias y necesarias a toda revolución, es donde finalmente está el camino de la emancipación. Homogeneizarlas todas, bajo el discurso clásico representativo de los mass media informativos, no hace más que silenciar al pueblo, del que se dice ser su “voz”.

III.- Próxima estación: Miraflores.
Otro caso paradigmático de una fallida acción comunicacional, es la presencia de Radio Miraflores, en los parlantes internos del Sistema Metro de Caracas. Acotemos que el problema no radica en si nos gusta o no, la programación. Igual sucede con el hilo musical. Son una condena. Imposible cambiarlos. La cuestión central de Radio Miraflores en el tránsito subterráneo, es su ineficacia comunicacional y política.




La emisora está estructurada de manera tradicional: programas de media y larga duración; con las interrupciones de las pautas comerciales y alguno que otro tema musical de turno (sumado a todas las características ya mencionadas por Britto García, que aplican también para la radio). Pero el usuario del Metro, a diferencia de quien viaja en auto propio, u oye la radio sentado ante ella (algo cada día más en desuso); va en un tránsito cuya duración es imposible de determinar.
Uno comienza por el andén. Toma un programa en media res. Una entrevista a fulano, sin saber muy bien el tema. En otro tiempo, aborda el vagón. Continúa la entrevista, ahora entre gritos de 2x1, y las quejas eternas del vecino. Luego, llega unx a destino, o hace transferencia. La conclusión es la misma: sólo nos queda el parloteo de un sujeto del que nunca supimos su nombre, ni cargo, ni el por qué se le convocó a hablar.
Para que la comunicación en tránsito sea eficaz, es necesario un análisis y la posterior implementación de formatos acordes con el transitar: la interrupción como norma, el ruido como parte fundamental del mensaje, el cese imprevisto de la escucha, la entropía como principio unificador.
En este caso “la interrupción de la interrupción de la interrupción” que menciona Britto, es paradójicamente, la única forma de articular un mensaje efectivo en un medio de transporte. Con la crucial diferencia, que no se trata de interrupción, sino de la articulación misma de mensajes cortos, efectivos, contundentes; hechos por y para el tránsito. De nuevo, la voces parlantes (la versión radial de los talking heads televisivos) son ineficaces. Recuerdan a Charly Brown en el salón de clases: bla, bla, bla...

IV.- La viuda millonaria: el Llano como espectáculo (pobre)


“La comunicación revolucionaria es el sistema educativo de toda la sociedad”.
Britto García.

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en su programa Los domingos con Maduro, anunció a comienzos de febrero, desde las instalaciones de la Villa del Cine; el inicio de la producción de contenidos de ficción (y algunos documentales), bajo el nombre de “Ciclo Bicentenario”. Ahí aprovechó la ocasión de presentar el tráiler (así como para darle “voz” a sus protagonistas) de una seria titulada La viuda Millonaria, basada en la canción llanera del mismo nombre. La misma fue transmitida por Tves y producida por la Villa junto con Corazón Llanero Multimedia.




Luego de los primeros aplausos, a la semana de ser estrenada un grupo de artistas, cultores e intelectuales, lanzó un comunicado en rechazo pleno a dicha serie. Confieso haberlo suscrito.
El reclamo principal, se basa en que la misma constituye “una expresión acrítica y complaciente del modelo machista-patriarcal que ha construido históricamente el sistema capitalista y por medio del cual se han reproducido todos los mecanismos de dominación y explotación inherentes a dicho sistema, con lo cual se violentan los derechos difusos y colectivos que, gracias a nuestra Revolución, hoy por hoy protegen la integridad y dignidad de la mujer venezolana. Sin dejar de destacar que la imagen del hombre venezolano es agredida a su vez en dicha serie”. Nada más cierto.
El pecado original, está en su misma semilla. La viuda millonaria fue pensada, diseñada y escrita como un espectáculo; de ahí que su medio natural de exhibición fuera Tves, un canal televisivo cuyo perfil es justamente el espectáculo sin mayor sustancia. La obra pretende, retratar la vida del llano a partir de los estereotipos del mismo. Una viuda millonaria e insensible; un joven inocente y galantón; el clásico cura rural; y las damiselas más o menos inocentes, según sea el caso.
Cualquier podría afirmar, que visto así, Gallegos tampoco saldría ileso. Y efectivamente, nuestro gran novelista, cometió pecados originales. La viuda (negra) es una reencarnación de Doña Bárbara; quien paga por el sexo de un joven. Y la madre del joven, acepta la transacción. La política del asistencialismo, sexo de por medio. El joven, mujeriego pero inocente, es el retrato del llanero visto desde la capital. Tal como lo es la mirada de la hija de la viuda: ella es Santos, quien viene desde afuera a reclamar su herencia y en el tránsito, a domesticar a su madre, sus peones y a todo un pueblo subdesarrollado. La jóvenes del pueblo, son Mariselas a la espera de una educación culta que las saque de su miseria, o en caso contrario, de un matrimonio que les provea de los bienes (y los herederos) que ellas por sí solas, no logran alcanzar. El cura, pretende insertar la figura del clásico “cura rural”, ya visto en Manon (pero sin dicha osadía).
Con tales antecedentes, bastaría para que dicha serie jamás hubiese sido escrita. Al menos no, desde las trincheras de la Revolución. Que para eso, ya estaba RCTV. Pero a esta lista, debe sumarse también la concepción de espectáculo tanto en la producción como la del medio en que fue transmitida (y que ya amenazó con una segunda parte, haciendo oídos sordos a las quejas presentadas).
La producción audiovisual, no debe ser entendida sólo -como hasta ahora se ha hecho- en términos del monto al que asciende una obra; o incluso, la cantidad de dinero que se necesita para llevarla a cabo. Ese es tan solo un aspecto, quizá el menos relevante. La producción, como parte del concepto global de práctica fílmica, es sobre todo la configuración del tipo de historia que se quiere contar y el cómo se la narrará; aspectos que determinan el modo de organización del trabajo, y por ende, la cantidad y el tipo de financiamiento necesario para llevar a término la creación, con estándares adecuados a la pantalla de exhibición.
Si mi premisa de partida es trabajar bajo el modelo estereotipado del espectáculo, necesito justamente de espectacularidad: el acierto en el diseño de producción, que permita visibilizar la característica única que determina tanto a la historia como a los personajes.
Ante un guión pobre y esquemático, la solución fílmica era apostar por una alta calidad en la factura; o bien por soluciones de menor costo que refuercen los (pocos) valores de los caracteres. Sin embargo, el intento fue fallido. El resultado es un obra prescindible, intrascendente. Y que hace del Llano, un territorio salvaje aún por domesticar. La visión positivista que reinó en nuestro continente a principios del siglo XX.

V.- O inventamos o erramos.
Desde el gobierno nacional, unx puede percibir intentos por reconfigurar el mapa comunicacional; así como por proponer nuevos modelos comunicativos. La semana entrante se celebrará "Venezuela Digital 2017": "Un evento multimediático y multitarea que convoca a especialistas y usuarios las áreas de la comunicación digital a reflexionar y compartir conocimiento acerca del efecto, importancia y alcance futuro de la comunicación digital y las redes sociales, tanto en la formación del pensamiento crítico como en el comportamiento político y social".




Esperamos que de dicho evento no sólo salgan "Decálogos" como el de Britto García, que terminan como letras muestras de nuestra intelectualidad. Sino que realmente se profundice en un análisis conducente a acciones concretas. Que uno sintonice VTV, Tves, u oiga por obligación Radio Miraflores, y note que la articulación del mensaje ya no responde más al monologismo reinante en todas las pantallas existentes y posibles.
Luego del 6D, debemos comprender que las soluciones fáciles en comunicación, tienen implicaciones sociales (y políticas) inconmensurables.